Sufrimos fragilidades físicas, psicológicas y espirituales. A menudo la humanidad sufre y está perdida. Nos sentimos débiles e incapaces para resolver esas dificultades, incluso para afrontarlas. Al reconocer y aceptar nuestra debilidad, podemos abandonarnos en los brazos del Padre, que nos ama tal como somos y quiere sostenernos en nuestro camino.
“Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad”

Lectura
- 2 Corintios 12, 9
Maravilloso versículo
Sin duda PABLO sabia de lo que hablaba,
Cuando nos sentimos débiles, sólo entonces Dios puede actuar. El nos levantará de nuestra flaqueza
“ correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán …”