No basta con no hacer el mal para ser buen cristiano. Es necesario adherirse al bien, hacer el bien. Apartarnos de la indiferencia, la apatía y la tibieza tan habitual hoy en el mundo.
“Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo”

Lectura
- Efesios 4, 32