La oración es un impulso del corazón, es una relación, una simple mirada lanzada hacia el cielo, un grito de gratitud y de amor. Orar es comunicarnos con Dios con pensamientos, palabras y también los actos de bondad de la vida cotidiana.
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el EspÃritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los Santos

Lectura
- Efesios 6, 18