Hablemos con Dios como con un buen amigo, pidiendo algún favor, reconociendo nuestras faltas, y diciéndole todo lo que nos preocupa, nuestros pensamientos, temores, proyectos, deseos, y en todo, buscando su consejo.
“Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos;
guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador.¡En ti confío a todas horas!”

Lectura
- Salmos 25, 4-5
Nunca nos faltará un amigo. Nuestro mejor amigo es el mismo Dios y con el que deseo compartir mi vida entera. Porque además es a quien más le intereso y el que me amará siempre. Es el amigo que nunca falla y que siempre está atento a escucharnos.
No estamos solos.
Shalom
Shalom y Amén
Mi mejor amigo, mi amado Salvador 💕 ♥
Necesitamos tanto al Señor!!
Cómo vivir sin Él!!